domingo, 19 de octubre de 2014

De Visados y Taoísmo. El Templo Ancestral de Foshan 佛山祖庙!!


LA HISTORIA HASTA AQUÍ...

Estos meses previos a la creación del blog han sido algo convulsos, como todos los comienzos. Ningún comienzo en ninguna circunstancia es fácil, pero lo mío con la burocracia china os aseguro que es harina de otro costal, como ya os contaré justo en la próxima entrada.

En lo laboral, después de llegar a Foshan, hice varias pruebas con Wiseboro, mi empresa, para ver a qué colegio de los que solicitaban un profesor extranjero me enviaban para empezar a trabajar cuanto antes. Después de un par de semanas sin suerte, en las que estuve trabajando como jurado para las pruebas de selección de un concurso de inglés para niños en CCTV, la televisión estatal china, tuve al fin la oferta de uno de los colegios, pero decidieron echarse atrás en el último momento y dijeron que contarían con la empresa a partir de agosto. Viendo este panorama, mi jefa, Frances, tirando a saco de contactos, me envió a trabajar durante 6 semanas de forma independiente de la agencia, a un colegio de primaria y secundaria llamado Foshan Experimental School (de aquí en adelante, FES), en donde hice una sustitución como el profesor titular de cultura occidental para 15 clases de lo que sería el equivalente a 1º ESO en España. El salario de esas 6 semanas no fue todo lo alto que podría esperar, pero la verdad es que me dieron un piso para mi solo y a gastos pagados y algunas de las mejores semanas de toda mi vida. Aprendí mucho, mostré desde el primer momento mucha sintonía con los alumnos (algunos incluso me hicieron regalos y me tomaron como a uno de sus colegas) y la dirección del colegio estaba encantada conmigo. Sin embargo, el idilio con ellos no duró por temas burocráticos y gubernamentales en los que no voy a entrar y les tuve que abandonar.

En este punto, y de vuelta en Wiseboro, fui enviado al distrito de Shunde, un barrio llamado Lecong (en chino: 乐从). Allí, ya empecé a trabajar del todo con Wiseboro y sólo en preescolar (estuve entre FES y Lecong durante unas semanas), en el colegio Milo Kindergarten. Es un colegio... peculiar. El personal humano que tienen es todo un valor (bedel cincuentón que habla inglés incluído), pero andan faltos de equipamiento, lo que me hizo realmente difícil cumplir con mi trabajo en condiciones. Con todo, cuando lo humano es tan bueno, uno no puede sino ser feliz trabajando en un lugar así. Lamentablemente, mi idilio con esta gente no duró ni dos meses, y en julio Wiseboro decidió enviarme a IEC Kowloon Bay, colegio en el que me encuentro actualmente. Por supuesto, la FES me pidió que dejara su piso y tuve que estar un mes viviendo en un hotel hasta que mi empresa me consiguió el lugar en el que vivo ahora. Han sido unos meses difíciles.

Y, antes de hablar del tema de hoy, el Templo Ancestral, vamos a hablar del tema de los visados, que es algo que ha marcado decisivamente estos primeros meses en China. Y es que, gracias a la burocracia china, he descubierto una nueva faceta en mi vida: la de coleccionista de visados. Voy a contaros cómo conseguí finalmente mi visado de trabajo. Atentos, porque esta historia puede superar a la de la Odisea.

- He aquí bajo estas líneas el primer visado que conseguí para entrar en China. Un visado comercial cualquiera, sin más. 30 días de entrada, nada extraño.




- A los 30 días, como es lógico, hubo que renovarlo. Mi empresa intentó transferir el visado comercial a uno de trabajo, pero no hubo éxito. En su lugar, hubo que solicitar uno de negocios normal. La suerte, es que pude hacerlo en Foshan, sin tener que salir del país, y además me concedieron dos meses.



- Pasado ese tiempo, se acabó el chollo: tocaba solicitar el visado de trabajo. Para ello, había que reunir una cantidad ingente de documentación (incluido un certificado de enseñanza de inglés que tuve que sacarme en una noche, en plan récord, para poder estar a tiempo). Sin embargo, la solicitud de visado fue rechazada y, de un día para otro, tuve que ir en plan de emergencia a Hong Kong, ciudad que pertenece a China, pero que se encuentra fuera de las fronteras del país. Esta supuso mi primera salida de China por cuestiones de visado, y os puedo asegurar que no fue agradable. Tan sólo decir que Hong Kong es un lugar al que no pienso volver a corto plazo. El caso es que allí pasé dos días horribles en los que el miedo a quedarme tirado, sin poder entrar a China, y sin dinero fue una constante y en los que tuve que soportar además a gente sucia y maleducada a mansalva. Después de todo, tuvimos que adoptar una opción de emergencia: pagar una pasta (corrió a cargo de la empresa), montarme en un ferry y viajar a China continental por mar, a la ciudad de Zhuhai (frontera con Macao). Allí, tuvimos que entregar nuestros pasaportes a la policía y esperar unas dos horas a que nos los devolvieran con los visados. Una situación no muy agradable que digamos. He aquí el visado que me concedieron, de un mes.



- En este tiempo, la legislación de visados cambió, y la empresa me planteó la posibilidad de volver a España con toda mi documentación para solicitar el visado de trabajo, que es lo que contempla la nueva legislación (Guille pudo transferir su visado de negocios a uno de trabajo por haber llegado 6 meses antes, de la que se libró). Después de unas semanas de buscar vuelos y de tiras y aflojas, finalmente, Frances, mi jefa absoluta, decide inclinarse por la posibilidad de enviarme a Singapur para obtener por fin mi visado de trabajo. Fui a gastos pagados y, la verdad, es que aproveché la ocasión para conocer un nuevo país y nuevas gentes. Probablemente algún día os hable de Singapur, un lugar al que me encantaría volver a medio plazo. He aquí mi visado de trabajo, expedido en Singapur, y mi permiso de residencia definitivo, expedido en Foshan:




Como veis, una auténtica Odisea. Aún así, todas estas cosas hay que tomárselas como experiencias que a uno le hacen crecer en la vida... y, la parte positiva de todo, fue tener la oportunidad de conocer un sitio tan fantástico como lo es Singapur, país al que, de otra manera, quizás nunca me habría acercado.

Y en fin, ahora vamos a lo que os quería enseñar ahora...

- EL TEMPLO ANCESTRAL DE FOSHAN

El Templo Ancestral (en chino: 祖庙), Zumiao, es una de las principales atracciones turísticas de Foshan. Es básicamente un templo taoísta, construído durante la Dinastía Song, como centro neurálgico de lo que fue la antigua ciudad de Foshan. Y digo "fue" porque la ciudad antigua de Foshan fue destruída por el Partido Comunista a principios de los 90, en la época en la que estaban sedientos de modernidad sin sentido. Estupidez de la que se arrepintieron, por lo que reconstruyeron parcialmente el lugar, convirtiéndolo en una zona de ocio con sabor añejo llamada Foshan Lingnan Tiandi, 佛山岭南天地, muy acogedora, pero muy lejos de ser la maravilla que seguramente fue el casco antiguo de Foshan.

Zumiao, el Templo Ancestral, es lo único que queda realmente genuíno, pues. Las fotos que vais a ver las tomé yo mismo en una mañana en la que disfrutaba de un día libre, que aproveché para conocer la ciudad mejor.

Entrada al templo, que se encuentra dentro de un recinto en el que hay varios espacios históricos, entre ellos, el hogar ancestral de Yip Man, convertido el museo.

Este tradicional mural chino nos da la bienvenida
Imagen muy típica en China; un estanque florido con esta tradicional pequeña edificación.
Sí, es una urna con donativos. Curiosa, ¿eh?
Zona de honra. Mucho incienso, como es tradicional en los ritos de Asia Oriental 

Interior del templo. El aura mística que desprende el sitio es espectacular. Supongo que será algo especial para quien sienta esta fe.
Busto de Yip Man en el interior de su hogar ancestral.
Y hay más fotos, pero, realmente, esto es lo que más merece la pena enseñar. Si tenéis curiosidad, aún puedo añadir más dentro de la serie de fotografías cotidianas que abriré dentro de poco en este blog.

Sin más, yo ya me despido. Tened una buena semana. Nos vemos en la próxima entrada.

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